El
mito del vampiro con el paso de los siglos se ha ido humanizando
hasta convertirse en una caricatura de sí mismo. Hoy en día la
imagen irreconocible que tenemos de él no nos causa estupor o
repulsión, y mucho menos llega a ocasionarnos insomnio y pesadillas.
El cine y la literatura con el paso del tiempo ha ido humanizando su
imagen hasta convertirla en un ser falto de crueldad y ferocidad,
algo que no ocurría en la Edad Media, puesto que se tenía la
certeza de que esta criatura conocida por el nombre de Alp podía
introducirse en los sueños de una mujer y arrastrarla a su decante
mundo de perversidad y desasosiego.
La
obra del pintor londinense Johann Heinrich Füssli titulada “La
Pesadilla” de
1781
refleja a la perfección el mito del vampiro conocido
por el nombre de Alp.
EL
ALP. LA LEYENDA DEL VAMPIRO ONÍRICO.
Descrito
como un ser maligno, el Alp era un ente polimórfico capaz de
convertirse en un ave, un gato o un pariente cercano que hubiera
fallecido recientemente. También se le atribuye la capacidad de
transformarse en un perro salvaje, aunque este último mito es más
popular en la ciudad alemana de Köln.
Estos
mágicos seres están relacionados con los vampiros porque suelen
atacar el sueño de los hombres y de
los niños. Se alimentan de
ellos a través de las incisiones que producen con sus mordidas en
los pezones de las víctimas. El Alp
siente predilección por las mujeres en época lactante, por ello se
creía que eran
vulnerables
de
sufrir un ataque nocturno cuando estaban dormidas. El
mito explica que poseen de
forma
diferente al sexo femenino, incitándolas a revivir continuas
pesadillas mientras están bajo su poder.
Dada
su capacidad para volar y que sólo podía ser visto durante las
horas nocturnas cuando acechaba a una presa dormida, resultaba
imposible acabar con él. En la Edad Media tenían la creencia de que
una persona podía convertirse en un Alp
cuando aceptaba al ente como parte de sí
mismo.
Esta
obra ha sido escrita por Akasha Valentine http://www.akashavalentine.com © 2013.
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